Cuando era pequeña, y llegaba un nuevo año escolar siempre había algo que podía dar, por cierto: un vestido nuevo, zapatos nuevos, lápices nuevos y algunas emocionadas noches sin poder dormir.
Como decÍa en nuestra última columna, la crianza de los hijos puede ser un trabajo complicado, pero en realidad todos tenemos el mismo objetivo: Criar niños que sean grandes humanos y fieles discípulos de Jesús.