Decir ‘sí’ a Dios cada día
El romántico montaje de vídeo que me había pasado semanas preparando terminó, y supe que había llegado el gran momento. Estaba de pie en la cancha de baloncesto de Finnegan Fieldhouse, en el campus de la Universidad Franciscana de Steubenville, y tenía una pregunta muy importante que hacerle a la hermosa mujer que tenía delante: “Caitlin Erin Donovan, ¿quieres casarte conmigo?”. Ella saltó a mis brazos (¡al principio se olvidó de decir que sí!), y salimos al exterior ante decenas de personas dispuestas a celebrar nuestro nuevo compromiso. El “sí” de Cait aquel día no fue la primera vez que aceptó tener una relación conmigo, ¡pero marcó un cambio que se solidificó el día de nuestra boda y que ahora protege fielmente desde hace más de 13 años!
El romántico montaje de vídeo que me había pasado semanas preparando terminó, y supe que había llegado el gran momento. Estaba de pie en la cancha de baloncesto de Finnegan Fieldhouse, en el campus de la Universidad Franciscana de Steubenville, y tenía una pregunta muy importante que hacerle a la hermosa mujer que tenía delante: “Caitlin Erin Donovan, ¿quieres casarte conmigo?”. Ella saltó a mis brazos (¡al principio se olvidó de decir que sí!), y salimos al exterior ante decenas de personas dispuestas a celebrar nuestro nuevo compromiso. El “sí” de Cait aquel día no fue la primera vez que aceptó tener una relación conmigo, ¡pero marcó un cambio que se solidificó el día de nuestra boda y que ahora protege fielmente desde hace más de 13 años!
Es imposible medir plenamente los costes y beneficios de las grandes decisiones vitales, sin la ventaja de la retrospectiva. Con el tiempo, miramos atrás y reconocemos todas las alegrías y penas que se derivan de nuestras decisiones. A veces, esta realidad amenaza nuestra voluntad de tomar decisiones difíciles por miedo a lo desconocido. Ni siquiera nuestra Santísima Madre María podía comprender todo lo que implicaría la invitación de Gabriel a ser la Madre de Dios. Se le planteó una decisión mucho más monumental que cualquiera de las que nosotros afrontaremos jamás, y ella dijo “sí” a la voluntad de Dios. Su fiat nació de su fidelidad de toda la vida a Dios, y siguió siendo tanto fuerte como fructífera gracias a su voluntad permanente de obedecer y confiar en la gracia de Dios.
La fidelidad perdurable de María representa tanto un desafío como una inspiración para todos los que anhelan seguir a Jesús. No estamos llamados a una obediencia periódica, sino a un consentimiento diario y a menudo oculto a todo lo que Dios nos pida. Puede que los grandes momentos de la vida reciban la mayor atención, pero un análisis de todo buen matrimonio, familia, empresa y comunidad revela acciones cotidianas de amor, virtud, amabilidad y comunicación positiva.
María respondió “sí” a la invitación de Gabriel, y luego tuvo que volver a comprometerse con esa decisión cada día. Nosotros estamos llamados a hacer lo mismo. A veces, es fácil vivir en armonía con nuestras decisiones y votos anteriores, pero a veces, es más difícil; sin embargo, siempre hay gracia y poder disponibles para hacer lo correcto. Dios nunca olvida sus promesas ni reniega de sus pactos.
Jesús nos invita constantemente a seguirle y a recordar: no puedes decir sí todo el tiempo, hasta que dices sí una vez. Cait dijo sí en una cancha de baloncesto un poco maloliente; María en un humilde hogar de Nazaret. ¿Dónde te encuentra Dios hoy, y cuál es tu respuesta a su invitación?
Pete Burak es el director de i.d.9:16, el programa para jóvenes adultos de Renewal Ministries. Tiene un máster en teología y es un conferenciante habitual sobre evangelización y discipulado.