(una versión más dulce)
- 4 tazas de harina para todo uso (y más para la superficie)
- 4 cucharadas de azúcar (y más para espolvorear)
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1 cucharadita de sal
- 5 cucharadas de mantequilla cortada en cubos pequeños (o rallada mientras está fría)
- 1 huevo (batido)
- 1 ¾ tazas de suero de leche (frío)
- 1 cucharadita de ralladura de limón o naranja Meyer
Precaliente el horno a 375° y cubra una bandeja para hornear con papel pergamino. Batir el huevo, suero de leche y ralladura de limón o naranja en un tazón pequeño y dejar a un lado. Combine la harina, sal, azúcar y bicarbonato de sodio en un tazón grande para mezclar. Usando un tenedor, corte la mantequilla en pequeños trozos (usar los dedos también servirá). Agregue la mezcla de suero de leche/huevo y revuelva gradualmente hasta que se integren.
Usando las manos enharinadas, amasar ligeramente la masa y darle forma de bola, sin trabajarla demasiado sobre una superficie llena de harina. La masa debe tener una apariencia rugosa, en lugar de suave y elástica. Transfiérala cuidadosamente al centro de la bandeja para hornear. Con un cuchillo, marque una cruz en la parte superior y espolvoree una cucharadita de azúcar.
Hornea durante unos 45-55 minutos o hasta que esté dorada por encima y al pinchar con un palillo, este salga limpio. Es posible que desee cubrir con papel de aluminio durante los últimos 10 minutos para evitar que se hornee demasiado en el exterior. Pasar a una rejilla y dejar enfriar un poco antes de rebanar. ¡Es delicioso servido tibio y cubierto con mantequilla o conservas de frutas!