| Por Liz Kelly Stanchina

Suba la montaña

Crear un espacio para rezar en su casa

“Jesús … subió a la montaña para orar” (Lc 9,28).


Los retiros son oportunidades para apartarnos de las distracciones de la vida cotidiana y entablar una conversación de corazón a corazón con Dios. Esta serie ofrece tres “Mini Retiros” distintos para inspirar su oración en esos momentos de bendición. Tanto si dispone de unas horas como de unos minutos, reserve tiempo para escuchar la voz de Dios en la oración y comparta su corazón con el que le ama.

 

Una “regla de la casa”

Una antigua vecina mía enviudó con diez hijos cuando ocho de ellos aún estaban en casa. Puede imaginarse que le resultaba difícil encontrar tiempo para rezar. La vida era un ajetreo constante de sus necesidades y actividades. Quedarse sola criando a tantos niños era duro y a menudo solitario.

Pero esta era una mujer de fe firme y constitución fuerte (¡vivió sola hasta los 99 años!). Sabía que el Señor la ayudaría y necesitaba tiempo para rezar todos los días y a lo largo del día. Así que creó una “regla de la casa”. Cuando mamá se echaba el mandil por la cabeza, no debía ser molestada. Ese era un momento en el que ella misma había subido “a la montaña” para pedir ayuda a Jesús.

Con sorprendente dedicación, sus hijos se unieron para proteger su tiempo de oración, recordándose unos a otros cuando podían sentirse tentados de molestarla: “¡Mamá está debajo del mandil! Déjenla en paz. Está hablando con Jesús”.

Aunque podemos rezar en cualquier lugar y en cualquier momento -en la cola del supermercado, haciendo las tareas domésticas, conduciendo hacia el trabajo-, necesitamos lugares especiales designados para la oración. El propio Jesús a menudo “subió a la montaña para orar” (Lc 9,28) o “estaba orando en cierto lugar” (Lc 11,1). Si el Señor reconoció esta necesidad de retirarse a un lugar tranquilo para buscar el rostro de su Padre, ¿cuánto más necesitamos nosotros crear espacios reservados para la oración?

El Proyecto del rincón de oración

Crear un lugar para rezar en su casa es una excelente actividad familiar y proporciona una forma natural de hablar de la oración: qué es, por qué la necesitamos y cómo rezamos.

Busque un rincón de su casa para designar un “espacio de oración”. Tal vez incluya un pequeño altar, velas, una Biblia, una silla cómoda, un rosario, estampas y agua bendita. Quizá pueda dedicar el espacio a Jesús, al santo patrón de su familia, a San Miguel o a la Virgen. ¿A usted o a sus hijos les gusta rezar con arte o iconos? Quizá su rincón de oración disponga de un libro de arte sacro para utilizarlo con este fin. Permita que todos los miembros de la familia aporten su opinión sobre lo que haría de este rincón un lugar estupendo para rezar.

Crear un lugar para la oración que todos en la familia tanto reconozcan como honren, y tengan permiso para utilizar exclusivamente con este fin, puede alterar todo el carácter del hogar.

Celebre la creación de su espacio de oración en su aniversario hablando en familia de algunas de las oraciones que han sido escuchadas en la semana, el mes o el año anteriores. A continuación, dé gracias a Dios.


Liz Kelly Stanchina es la líder comunitaria para la formación de la mujer en el instituto Word on Fire, y autora de más de una docena de libros. Obtenga más información en LizK.org.

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